Quiénes Somos
Una historia inspirada en la tradición y en el buen hacer.
Si hay algo que aún guardamos en nuestra memoria, aún después de tantos años, es la sabia con la que el abuelo Tomás moldeaba los hierros al rojo vivo. Una destreza que nos dejaba boquiabiertos mientras el calor de la fragua acariciaba nuestras caras. Y así, quietos frente a ella, pensábamos que quizás, por nuestra corta edad, nunca aprenderíamos el oficio. Pero un buen día, transcurrido ya algún tiempo, descubrimos que a su lado siempre había unas manos que ayudaban, siempre una mirada que atendía, unas ganas de aprender. A su lado nuestro padre, su hijo.
Fue entonces cuando comprendimos que ese saber con que nuestro abuelo domaba los hierros nunca iba a morir. Así pasaron los años y así fuimos aprendiendo el lenguaje del yunque y el martillo. A cada golpe una lección, a cada hierro su manera de hacer, a cada trabajo su tiempo. Son premisas que nos han acompañado toda la vida, que aprendimos de chiquillos y que a día de hoy aún aplicamos en cada proyecto que diseñamos.
La Fragua es nuestra empresa, pero también es nuestra memoria, por eso, irremediablemente, nuestros trabajos, siempre, están bien pensados. Un principio para nosotros, una garantía para nuestros clientes.